Las aventuras de Gasparina
Farsa infantil para títeres urbanos
Iñaki Oscoz
DRAMATIS
PERSONÆ
GASPARINA
HUGO,
su amigo perruno
Un
GUARDIA
Un
JEFE
El
PROFESOR TÁBANO, insecto y malvado
|
@mecrawlings |
Escena
1
Acompañados
de una música danzante aparecen GASPARINA, una niña pizpireta y risueña, y su
perro HUGO. Juegan y bailan felices. Se persiguen, se muerden de broma,
corretean, saltan. Cuando la música termina, hablan con el público.
GASPARINA: Hola, ¿qué tal? Mi nombre es Gasparina y este,
que me está mordiendo y debería ir soltando ya… es mi perro Hugo. Que es el más
rápido del parque… de la ciudad, del mundo… ¡del Universo! (el perro la suelta al fin y sonríe con la lengua fuera) Ya era
hora. Bueno, ahora nos presentamos bien. Somos Gasparina y Hugo, y venimos de
las lejanas tierras de Carabanchel.
HUGO: ¡Guau!
GASPARINA: Sí, a mí también me gusta mucho nuestro barrio. ¡Ah,
Hugo! Que ahora me toca elegir juego a mí. Y elijo «Inventar superhistorias» (el perro intenta escabullirse de puntillas)
¡Eh! Que yo he jugado a las perropelículas como tú querías. Umm… Ya sé. (voz dramática) Estábamos en un planeta
desconocido que se llamaba… ¿cómo puede llamarse este planeta desconocido?
VOZ DEL PÚBLICO: ¡Alcachofa!
GASPARINA: Estábamos en el planeta Alcachofa y yo era la
superheroína y tenía un caballo marrón, y cabalgábamos (se sube encima de Hugo), más rápido, y más rápido… hasta que al
fin lo vimos. Ahí. (señala pero Hugo no
ve nada) El malvado Dragón Escupefuego. Es que ahora, Hugo, tú tienes que
hacer de dragón. Ven. Así. Pero pon cara de malo. Bien. Y entooonces,
Supergasparina se acercó, se acercó sigilosamente, había viento en contra, todo
tipo de dificultades, pero ella se acercaba y seguía. Hugo, ¡el dragón seguía
siendo malo! Y entonces empezó una dura pelea, por el suelo, por todas partes,
el dragón era muy duro, hasta que Gasparina sacó su espada láser… y lo mató.
Hugo, te he matado. Te tienes que morir. (el
perro representa una muerte exagerada) Y entonces allí estaba, en lo alto
de la torre, había alguien a quien rescatar. Espera que falta algo (se lleva a Hugo detrás del telón de fondo y
cuando vuelven, el perro lleva una larga peluca amarilla), y allí estabaaaa
en lo alto de la torre, esperando a ser rescatado, el guapísimo guitarrista
heavy. Y Gasparina trepó toda la torre, llegó hasta el prisionero y lo rescató (le da un beso en la boca). Y así se
fueron Gasparina y su guitarrista mientras el público aplaudía, y sonaba la
música heavy…
Escena
2
Aparece
en su oficina un orondo, encorbatado y papudo JEFE. Deambula por sus dominios
y, sin nada mejor que hacer, empieza a contar el dinero que guarda en su caja
fuerte. Va sacando fajos y los va amontonando fuera. Los acaricia, los besa.
Suena un teléfono y sale a contestar.
JEFE: (desde fuera)
¿Sí? ¡No, no me interesa cambiar de compañía!
Vuelve
otra vez y vuelve a su felicidad mirando y acariciando los billetes. Una
segunda llamada le saca del encanto y le pone furioso. Sale otra vez.
JEFE: (fuera otra vez)
¡Que le he dicho que…! Ah, Profesor Tábano. (entra
en escena con un teléfono de largo cable) Un placer siempre recibir su
llamada. Sí, perfectamente. Sí, señor. En Industrias Rabadilla siempre estamos
listos para más producción. Claro que sí. ¿Otro trabajador? Ahora mismo
contrato a otro para explotarle un poco mucho. Sí, señor. Sin problema, señor. A
sus pies. Tendremos todo listo para entonces. Industrias Rabadilla le saluda,
señor. Sí. Adiós, adiós, señor… (sale
entre reverencias telefónicas y enredado con el largo cable telefónico)
Escena
3
Aparece
Gasparina, asustada y con un papel entre sus manos.
GASPARINA: ¡Terrible! ¡Es terrible! ¿A que no sabéis lo que
ha pasado? Pues resulta que he ido a buscar a Hugo a su casita, como todos los
días, ¡y no está! ¿Dónde se habrá metido? Ha dejado una nota, como en las
películas. ¿La leemos? Bueno, pues dice así: «Querida Gasparina:
Por fin he encontrado un trabajo estable. Con lo que me
paguen voy a poder comprarme cromos de Pokemon, la nueva consola SuperGamer
III, unas botas naranjas que he visto en internet…» Pero ¿para qué quiere
tantas cosas este perro? Sigo: «No me esperes, estaré todo el día trabajando en
jornada completa en Industrias Rabadilla». ¡No! ¡Ese lugar es tremendo! ¡No
puedo dejar que Hugo trabaje ahí! Hay que hacer algo… ¡Hay que rescatarle Hugo,
no te preocupes. ¡Que allá va… Gasparina!
Escena
4
Entra
contando y dirigiendo a sus propios pasos un GUARDIA DE TRÁFICO. Muy serio, con
silbato y todo. Se encara con el público, eso de estar ahí parado le parece
bastante sospechoso.
GUARDIA: ¿Ustedes que hacen ahí?
VOZ DEL PÚBLICO: (Viendo teatro, lo que nos da la gana, etc.)
GUARDIA: Nada, nada. Aquí no hay nada que ver. Aquí lo que
hay que hacer es circular. Así que
circulando. ¡Vamos! ¿No van a circular? No me hagan enfadar que yo soy la
autoridad. ¡He dicho que circulando!
Mientras
dura el juego con el público, entra Gasparina sin que el guardia la vea. Intenta
escabullirse pero el guardia la detecta y salta hasta donde ella.
GUARDIA: ¡¡Alto!! ¿A dónde va usted?
GASPARINA: Yo…
GUARDIA: ¡Silencio! Aquí no se puede estar. (la lleva casi a empujones fuera del teatrillo)
Venga, circule que es gerundio.
GASPARINA: Pero oiga…
El
guardia vuelve y vuelve a encararse con el público. Gasparina aparece otra vez
por detrás e intenta colarse, esta vez de puntillas.
GUARDIA: ¡¡Alto!! ¡Señorita! ¿No le he dicho que aquí no se
puede estar? Vamos, circule.
GASPARINA: Pero es que yo…
GUARDIA: Circule.
GASPARINA: ¿Tiene hora?
GUARDIA: Circule.
GASPARINA: No, se ve que no… Ni oye ni nada.
GUARDIA: ¡Que circule!
GASPARINA: Vale, valeeeee. Ya circulo. (empieza a irse) Circulo, circulo, ¡y aquí está mi culo!
Gasparina
se ha agachado enseñando el culo al guardia, y sale corriendo. El guardia echa
a correr detrás, muy enfadado.
GUARDIA: ¡Alto, policía!
Se
persiguen por aquí y por allá hasta el final de la escena, pero el guardia no
consigue atraparla.
Escena
5
Una
fábrica, siniestro lugar laboral. Maquinaria, colores grises, poca luz y resoplidos
mecánicos. La cadena de montaje está en movimiento. Junto a ella, sujeto a sus
movimientos de noria sin fin, está Hugo trabajando. Tras un tiempo
indeterminado, aparece Gasparina y se horroriza. Llama a Hugo a gritos pero el
perro no le oye, entre el ruido y su abstracción. Al final Gasparina consigue
accionar el botón rojo y la máquina se detiene.
GASPARINA: ¡Hugo! ¡¡Hugooo!! (el perro sale de su seudohipnosis) Pero
¿no te das cuenta de que este lugar es una locura?
HUGO: ¡Guau!
GASPARINA: ¡Déjate de cromos y de botas!
Venga, vamos para casa. Y sin rechistar, que te oigo.
JEFE: (desde fuera) ¿Qué pasa con la maquinaria?
Gasparina
y Hugo dan un respingo. Se esconden por la fábrica. El Jefe entra, malhumorado.
JEFE: La maquinaria no se puede parar.
De
un manotazo acciona el botón rojo y la máquina vuelve a resoplar. Pero no tarda
en aparecer Gasparina, que apaga la máquina y se esconde otra vez. Se inicia
así un juego de persecución, máquina sí, máquina no, donde el Jefe va perdiendo
los papeles. Al final, Gasparina lo empuja y acciona el botón rojo. El Jefe
queda atrapado en su propia máquina.
JEFE: ¡Socorro! ¡Yo no puedo trabajar,
soy el jefe!
Gasparina
va subiendo la velocidad de la máquina hasta que al final todo se rompe,
saltando piezas y humo y dejando al Jefe hecho una piltrafilla de sucio,
cansado y, sobre todo, muy disgustado con los gastos de la avería.
Mientras
el Jefe observa el desastre, aparece una figura amenazante detrás de él. Es un
insecto con grandes ojos compuestos y bata de científico. El PROFESOR TÁBANO.
Cuando le ve, el Jefe hace una serie de reverencias y habla con voz temblorosa.
JEFE: ¡Profesor Tábano! Qué agradable visita.
PROFESOR TÁBANO: Bzzzzzz
JEFE: ¿Que ya tiene terminado su invento?
PROFESOR TÁBANO: Bzzzz
JEFE: ¿Una canción para dominarlos a todos…?
PROFESOR TÁBANO: Bzzzzzzz
JEFE: No, no es buena idea probarlo conmigo.
PROFESOR TÁBANO: ¡¡Bzzzzzzz!!
JEFE: ¡No! ¡No, por favor!
A
un movimiento de las patas del Profesor Tábano, empieza a sonar una canción
comercial terrible. El científico gesticula cual director de orquesta
enloquecido mientras el Jefe empieza a sufrir espasmos. Poco a poco, los
movimientos del Profesor serán los del Jefe, que sin ser tocado es lanzado de
un lado a otro como un fardo con traje. Al final de la canción, el Jefe está
completamente hipnotizado. Repite la tonadilla tarareando y sale siguiendo al
profesor como un animalillo amaestrado.
Escena
6
Suenan
unos anuncios en una radio, pero son repentinamente interrumpidos por la ráfaga
de un flash informativo.
PERIODISTA: ¡Última hora! Lamentamos interrumpir la
publicidad para informarles de que no está pasando nada. Los rumores sobre un
malvado insecto que está dominando la ciudad con una terrible canción no han
podido ser comprobados. Les informamos también de que la situación en las
calles es de absoluta normalidad. Pueden estar tranquilos, no está pasando nada.
Hasta aquí esta noticia de última hora. Más información a las nueve en TeleZurullo,
la verdad que nos sale del…
GASPARINA: ¡Es terrible!
Aparecen
Gasparina y Hugo comentando la jugada.
GASPARINA: ¿Has visto eso? ¡Es terrible!
HUGO: ¡Guau!
GASPARINA: Sí, bueno, oído. Ya sé que era la radio. ¿Has
oído eso?
HUGO: ¡Guau!
GASPARINA: ¡Pero bueno! ¡Que te dejes de botas y consolas
ya! ¡Hay un insecto que quiere tomar la ciudad!
HUGO: Guau…
GASPARINA: Una pregunta. Si tu fueras un insecto malvado que
quisiera tomar una ciudad… ¿por dónde empezarías?
HUGO: ¡Guau!
GASPARINA: ¡Eso quiere decir que podría estar por aquí
cerca!
HUGO: ¡Guauguau!
GASPARINA: Pues ha llegado el momento… ¡de ponerse a
investigar!
Suena
una música investigante y los dos se separan para buscar al malvado insecto.
Gasparina mira por aquí, Hugo por allá. Pero no encuentran nada.
Hugo
empieza a desmotivarse y olisquear otras cosas. Es cuando aparece por detrás de
él una figura amenazante. Comienza un juego de avisos y desencuentros entre el
perro, el insecto y el público. Al final, el Profesor Tábano arrincona al perro
y hace sus terroríficos movimientos de patas peludas. Suena la música infame y
Hugo empieza a temblar y sufrir los revolcones y lanzamientos, entre aullidos
lastimeros. Pero el Profesor Tábano no tiene piedad alguna, sino que ríe
zumbante mientras dirige la macabra escena. Cuando termina la música, Hugo
también se ha convertido en un ser con la mirada perdida y que sigue obediente
a su amo-insecto.
Entra
Gasparina.
GASPARINA: ¡Hugooo! ¡¡Hugo!!
El
público le cuenta lo sucedido con pelos y señales.
GASPARINA: ¡¡No!! ¡Malvado insecto! Utilizando música de
Kiss FM… ¡Así cualquiera! ¡Eso es un golpe bajo! Pues vas a ver quién es
Gasparina. Tranquilo, Hugo, ¡que allá voy!
Escena
7
Vuelve
a aparecer, contando y dirigiendo sus propios pasos, el GUARDIA. Vuelve también
a encararse con el público.
GUARDIA: ¿Todavía aquí? Aquí no se puede estar. Todo el
mundo a circular. Y hacia la derecha.
Aparece
otra vez Gasparina.
GUARDIA: ¡Alto! ¿A dónde va usted?
GASPARINA: Hacia allí.
GUARDIA: Imposible. Aquí hay que circular a la derecha.
GASPARINA: Pero…
GUARDIA: Y además usted me suena de algo.
GASPARINA: Imposible. Nunca ando por aquí.
GUARDIA: ¿No ha pasado usted por aquí antes?
GASPARINA: Pero ¿no dice que no se puede pasar?
GUARDIA: Eso es cierto…
GASPARINA: Yo solo quiero ir hacia allí. Verá, es que voy
con mi perro… (lo busca teatralmente) ¡Mi
perro! Pero ¿dónde se ha metido?
GUARDIA: ¡Un perro! ¿Sin correa? ¡Señorita, esto empieza a
ser ya muy ilegal!
GASPARINA: No, sin correa no. Solo que a veces él coge la
correa y se pasea a sí mismo.
GUARDIA: (piensa un
poco, no llega a nada) Es igual, ¡por aquí no se puede pasar!
GASPARINA: ¡Ahí va! ¿No es eso una reunión de gente planeando
cosas revolucionarias?
GUARDIA: (se gira,
cayendo en la trampa) ¿Dónde?
GASPARINA: ¡Allí, allí!
GUARDIA: Como sea una asamblea, se van a enterar. ¡Aquí no
queremos jipis ni melenudos!
GASPARINA: ¡Van a leer un manifiesto!
GUARDIA: ¡¡Alto!! ¡Policíaaaaaaa!
El
guardia sale corriendo y Gasparina ríe el engaño. Pero cuando empieza a irse,
vuelve el burlado con doble de malas pulgas. Se inicia otro juego de
persecución y escondite, donde Gasparina acaba burlándole y yéndose por donde
le da la gana.
Escena
8
Gasparina
sigue buscando a Hugo por las calles de la ciudad. Sin éxito, claro. No tarda
en sonar un zumbido amenazador. El público reacciona y avisa, pero el enfrentamiento
es inminente. Tras algunas amenazas, sustos y desencuentros, al fin Gasparina
se encuentra cara a cara con el malvado Profesor Tábano.
GASPARINA: ¡Agh! Podrías ganar un concurso de belleza.
PROFESOR TÁBANO: Bzzzzzz
GASPARINA: ¿Dónde está Hugo?
Como
única respuesta, suena la fatídita y comercial canción. Gasparina empieza a
sufrir los espasmos, aunque se tapa los oídos para evitarlo. Pero antes de
perder las fuerzas, con un grito y un movimiento enérgico consigue detener el
embrujo y dejar perplejo y desarmado al Profesor Tábano.
GASPARINA: ¡¡Basta!!
PROFESOR TÁBANO: ¿Bzzzz?
GASPARINA: No te lo esperabas, ¿eh? Pues a ver cómo te las
apañas ahora con unas rimas en directo. ¡Música!
Empieza
a sonar una base de rap. Gasparina lanzará algún verso y esperará la ayuda del
público para ir añadiendo otros, que irán menguando las fuerzas del malvado
insecto.
GASPARINA: Yo soy Gasparina, y a mí no me vacilas.
El
insecto se retuerce, ni la base ni las palabras rimadas le gustan un pelo.
VOZ DEL PÚBLICO: ¡Y yo soy Andrés!
GASPARINA: Cuando venga Hugo, ¡ya seremos tres!
Cada
rima es un duro golpe para el Profesor Tábano. Llegan otras voces del público,
que Gasparina hace rimar. Incluso llega alguna rimada. Toda esa avalancha de
versos consigue al fin que el insecto caiga vencido al suelo. Consumada la
victoria, Gasparina se carga el insecto al hombro y se lo lleva.
GASPARINA: Y ahora me vas a decir dónde tienes a mi amigo
Hugo.
Escena
final
Suena
la música danzante. Primero uno y luego otro, pero sin coincidir, aparecen Hugo
y Gasparina. Al final sí que se encuentran, y se lanzan uno contra el otro para
darse un gran abrazo. Se revuelvan felices por el suelo y después, de un salto
se ponen en pie y comienzan sus bailes alocados y coreografiados. Danzan
felices y acompañados por las palmas y jaleos del público hasta que cae el
TELÓN
*Las aventuras de Gasparina fue estrenada por la compañía «Le guignol orthopédique» el 15 de mayo de 2015, en el Teatro Tarambana de Carabanchel (Madrid). Con dirección e interpretación de Andrea Waitzman e Iñaki Oscoz.