miércoles, 30 de diciembre de 2020

OBRA PARA TÍTERES 2

 

 

 

 

 

 

 

Las aventuras de Gasparina

Farsa infantil para títeres urbanos

 

 

 

 

 

 

 Iñaki Oscoz

 

  

 

 

 

 

DRAMATIS PERSONÆ

 

GASPARINA

HUGO, su amigo perruno

Un GUARDIA

Un JEFE

El PROFESOR TÁBANO, insecto y malvado

 

 

@mecrawlings



 

 

 

 

 

 

 

 

Escena 1

 

Acompañados de una música danzante aparecen GASPARINA, una niña pizpireta y risueña, y su perro HUGO. Juegan y bailan felices. Se persiguen, se muerden de broma, corretean, saltan. Cuando la música termina, hablan con el público.

GASPARINA: Hola, ¿qué tal? Mi nombre es Gasparina y este, que me está mordiendo y debería ir soltando ya… es mi perro Hugo. Que es el más rápido del parque… de la ciudad, del mundo… ¡del Universo! (el perro la suelta al fin y sonríe con la lengua fuera) Ya era hora. Bueno, ahora nos presentamos bien. Somos Gasparina y Hugo, y venimos de las lejanas tierras de Carabanchel.

HUGO: ¡Guau!

GASPARINA: Sí, a mí también me gusta mucho nuestro barrio. ¡Ah, Hugo! Que ahora me toca elegir juego a mí. Y elijo «Inventar superhistorias» (el perro intenta escabullirse de puntillas) ¡Eh! Que yo he jugado a las perropelículas como tú querías. Umm… Ya sé. (voz dramática) Estábamos en un planeta desconocido que se llamaba… ¿cómo puede llamarse este planeta desconocido?

VOZ DEL PÚBLICO: ¡Alcachofa!

GASPARINA: Estábamos en el planeta Alcachofa y yo era la superheroína y tenía un caballo marrón, y cabalgábamos (se sube encima de Hugo), más rápido, y más rápido… hasta que al fin lo vimos. Ahí. (señala pero Hugo no ve nada) El malvado Dragón Escupefuego. Es que ahora, Hugo, tú tienes que hacer de dragón. Ven. Así. Pero pon cara de malo. Bien. Y entooonces, Supergasparina se acercó, se acercó sigilosamente, había viento en contra, todo tipo de dificultades, pero ella se acercaba y seguía. Hugo, ¡el dragón seguía siendo malo! Y entonces empezó una dura pelea, por el suelo, por todas partes, el dragón era muy duro, hasta que Gasparina sacó su espada láser… y lo mató. Hugo, te he matado. Te tienes que morir. (el perro representa una muerte exagerada) Y entonces allí estaba, en lo alto de la torre, había alguien a quien rescatar. Espera que falta algo (se lleva a Hugo detrás del telón de fondo y cuando vuelven, el perro lleva una larga peluca amarilla), y allí estabaaaa en lo alto de la torre, esperando a ser rescatado, el guapísimo guitarrista heavy. Y Gasparina trepó toda la torre, llegó hasta el prisionero y lo rescató (le da un beso en la boca). Y así se fueron Gasparina y su guitarrista mientras el público aplaudía, y sonaba la música heavy…

 

 

 

Escena 2

 

Aparece en su oficina un orondo, encorbatado y papudo JEFE. Deambula por sus dominios y, sin nada mejor que hacer, empieza a contar el dinero que guarda en su caja fuerte. Va sacando fajos y los va amontonando fuera. Los acaricia, los besa. Suena un teléfono y sale a contestar.

JEFE: (desde fuera) ¿Sí? ¡No, no me interesa cambiar de compañía!

Vuelve otra vez y vuelve a su felicidad mirando y acariciando los billetes. Una segunda llamada le saca del encanto y le pone furioso. Sale otra vez.

JEFE: (fuera otra vez) ¡Que le he dicho que…! Ah, Profesor Tábano. (entra en escena con un teléfono de largo cable) Un placer siempre recibir su llamada. Sí, perfectamente. Sí, señor. En Industrias Rabadilla siempre estamos listos para más producción. Claro que sí. ¿Otro trabajador? Ahora mismo contrato a otro para explotarle un poco mucho. Sí, señor. Sin problema, señor. A sus pies. Tendremos todo listo para entonces. Industrias Rabadilla le saluda, señor. Sí. Adiós, adiós, señor… (sale entre reverencias telefónicas y enredado con el largo cable telefónico)

 

 

 

Escena 3

 

Aparece Gasparina, asustada y con un papel entre sus manos.

GASPARINA: ¡Terrible! ¡Es terrible! ¿A que no sabéis lo que ha pasado? Pues resulta que he ido a buscar a Hugo a su casita, como todos los días, ¡y no está! ¿Dónde se habrá metido? Ha dejado una nota, como en las películas. ¿La leemos? Bueno, pues dice así: «Querida Gasparina:

Por fin he encontrado un trabajo estable. Con lo que me paguen voy a poder comprarme cromos de Pokemon, la nueva consola SuperGamer III, unas botas naranjas que he visto en internet…» Pero ¿para qué quiere tantas cosas este perro? Sigo: «No me esperes, estaré todo el día trabajando en jornada completa en Industrias Rabadilla». ¡No! ¡Ese lugar es tremendo! ¡No puedo dejar que Hugo trabaje ahí! Hay que hacer algo… ¡Hay que rescatarle Hugo, no te preocupes. ¡Que allá va… Gasparina!

 

 

 

Escena 4

 

Entra contando y dirigiendo a sus propios pasos un GUARDIA DE TRÁFICO. Muy serio, con silbato y todo. Se encara con el público, eso de estar ahí parado le parece bastante sospechoso.

GUARDIA: ¿Ustedes que hacen ahí?

VOZ DEL PÚBLICO: (Viendo teatro, lo que nos da la gana, etc.)

GUARDIA: Nada, nada. Aquí no hay nada que ver. Aquí lo que hay que  hacer es circular. Así que circulando. ¡Vamos! ¿No van a circular? No me hagan enfadar que yo soy la autoridad. ¡He dicho que circulando!

Mientras dura el juego con el público, entra Gasparina sin que el guardia la vea. Intenta escabullirse pero el guardia la detecta y salta hasta donde ella.

GUARDIA: ¡¡Alto!! ¿A dónde va usted?

GASPARINA: Yo…

GUARDIA: ¡Silencio! Aquí no se puede estar. (la lleva casi a empujones fuera del teatrillo) Venga, circule que es gerundio.

GASPARINA: Pero oiga…

El guardia vuelve y vuelve a encararse con el público. Gasparina aparece otra vez por detrás e intenta colarse, esta vez de puntillas.

GUARDIA: ¡¡Alto!! ¡Señorita! ¿No le he dicho que aquí no se puede estar? Vamos, circule.

GASPARINA: Pero es que yo…

GUARDIA: Circule.

GASPARINA: ¿Tiene hora?

GUARDIA: Circule.

GASPARINA: No, se ve que no… Ni oye ni nada.

GUARDIA: ¡Que circule!

GASPARINA: Vale, valeeeee. Ya circulo. (empieza a irse) Circulo, circulo, ¡y aquí está mi culo!

Gasparina se ha agachado enseñando el culo al guardia, y sale corriendo. El guardia echa a correr detrás, muy enfadado.

GUARDIA: ¡Alto, policía!

Se persiguen por aquí y por allá hasta el final de la escena, pero el guardia no consigue atraparla.

 

 

 

Escena 5

 

Una fábrica, siniestro lugar laboral. Maquinaria, colores grises, poca luz y resoplidos mecánicos. La cadena de montaje está en movimiento. Junto a ella, sujeto a sus movimientos de noria sin fin, está Hugo trabajando. Tras un tiempo indeterminado, aparece Gasparina y se horroriza. Llama a Hugo a gritos pero el perro no le oye, entre el ruido y su abstracción. Al final Gasparina consigue accionar el botón rojo y la máquina se detiene.

GASPARINA: ¡Hugo! ¡¡Hugooo!! (el perro sale de su seudohipnosis) Pero ¿no te das cuenta de que este lugar es una locura?

HUGO: ¡Guau!

GASPARINA: ¡Déjate de cromos y de botas! Venga, vamos para casa. Y sin rechistar, que te oigo.

JEFE: (desde fuera) ¿Qué pasa con la maquinaria?

Gasparina y Hugo dan un respingo. Se esconden por la fábrica. El Jefe entra, malhumorado.

JEFE: La maquinaria no se puede parar.

De un manotazo acciona el botón rojo y la máquina vuelve a resoplar. Pero no tarda en aparecer Gasparina, que apaga la máquina y se esconde otra vez. Se inicia así un juego de persecución, máquina sí, máquina no, donde el Jefe va perdiendo los papeles. Al final, Gasparina lo empuja y acciona el botón rojo. El Jefe queda atrapado en su propia máquina.

JEFE: ¡Socorro! ¡Yo no puedo trabajar, soy el jefe!

Gasparina va subiendo la velocidad de la máquina hasta que al final todo se rompe, saltando piezas y humo y dejando al Jefe hecho una piltrafilla de sucio, cansado y, sobre todo, muy disgustado con los gastos de la avería.

Mientras el Jefe observa el desastre, aparece una figura amenazante detrás de él. Es un insecto con grandes ojos compuestos y bata de científico. El PROFESOR TÁBANO. Cuando le ve, el Jefe hace una serie de reverencias y habla con voz temblorosa.

JEFE: ¡Profesor Tábano! Qué agradable visita.

PROFESOR TÁBANO: Bzzzzzz

JEFE: ¿Que ya tiene terminado su invento?

PROFESOR TÁBANO: Bzzzz

JEFE: ¿Una canción para dominarlos a todos…?

PROFESOR TÁBANO: Bzzzzzzz

JEFE: No, no es buena idea probarlo conmigo.

PROFESOR TÁBANO: ¡¡Bzzzzzzz!!

JEFE: ¡No! ¡No, por favor!

A un movimiento de las patas del Profesor Tábano, empieza a sonar una canción comercial terrible. El científico gesticula cual director de orquesta enloquecido mientras el Jefe empieza a sufrir espasmos. Poco a poco, los movimientos del Profesor serán los del Jefe, que sin ser tocado es lanzado de un lado a otro como un fardo con traje. Al final de la canción, el Jefe está completamente hipnotizado. Repite la tonadilla tarareando y sale siguiendo al profesor como un animalillo amaestrado.

 

 

 

Escena 6

 

Suenan unos anuncios en una radio, pero son repentinamente interrumpidos por la ráfaga de un flash informativo.

PERIODISTA: ¡Última hora! Lamentamos interrumpir la publicidad para informarles de que no está pasando nada. Los rumores sobre un malvado insecto que está dominando la ciudad con una terrible canción no han podido ser comprobados. Les informamos también de que la situación en las calles es de absoluta normalidad. Pueden estar tranquilos, no está pasando nada. Hasta aquí esta noticia de última hora. Más información a las nueve en TeleZurullo, la verdad que nos sale del…

GASPARINA: ¡Es terrible!

Aparecen Gasparina y Hugo comentando la jugada.

GASPARINA: ¿Has visto eso? ¡Es terrible!

HUGO: ¡Guau!

GASPARINA: Sí, bueno, oído. Ya sé que era la radio. ¿Has oído eso?

HUGO: ¡Guau!

GASPARINA: ¡Pero bueno! ¡Que te dejes de botas y consolas ya! ¡Hay un insecto que quiere tomar la ciudad!

HUGO: Guau…

GASPARINA: Una pregunta. Si tu fueras un insecto malvado que quisiera tomar una ciudad… ¿por dónde empezarías?

HUGO: ¡Guau!

GASPARINA: ¡Eso quiere decir que podría estar por aquí cerca!

HUGO: ¡Guauguau!

GASPARINA: Pues ha llegado el momento… ¡de ponerse a investigar!

Suena una música investigante y los dos se separan para buscar al malvado insecto. Gasparina mira por aquí, Hugo por allá. Pero no encuentran nada.

Hugo empieza a desmotivarse y olisquear otras cosas. Es cuando aparece por detrás de él una figura amenazante. Comienza un juego de avisos y desencuentros entre el perro, el insecto y el público. Al final, el Profesor Tábano arrincona al perro y hace sus terroríficos movimientos de patas peludas. Suena la música infame y Hugo empieza a temblar y sufrir los revolcones y lanzamientos, entre aullidos lastimeros. Pero el Profesor Tábano no tiene piedad alguna, sino que ríe zumbante mientras dirige la macabra escena. Cuando termina la música, Hugo también se ha convertido en un ser con la mirada perdida y que sigue obediente a su amo-insecto.

Entra Gasparina.

GASPARINA: ¡Hugooo! ¡¡Hugo!!

El público le cuenta lo sucedido con pelos y señales.

GASPARINA: ¡¡No!! ¡Malvado insecto! Utilizando música de Kiss FM… ¡Así cualquiera! ¡Eso es un golpe bajo! Pues vas a ver quién es Gasparina. Tranquilo, Hugo, ¡que allá voy!

 

 

 

Escena 7

 

Vuelve a aparecer, contando y dirigiendo sus propios pasos, el GUARDIA. Vuelve también a encararse con el público.

GUARDIA: ¿Todavía aquí? Aquí no se puede estar. Todo el mundo a circular. Y hacia la derecha.

Aparece otra vez Gasparina.

GUARDIA: ¡Alto! ¿A dónde va usted?

GASPARINA: Hacia allí.

GUARDIA: Imposible. Aquí hay que circular a la derecha.

GASPARINA: Pero…

GUARDIA: Y además usted me suena de algo.

GASPARINA: Imposible. Nunca ando por aquí.

GUARDIA: ¿No ha pasado usted por aquí antes?

GASPARINA: Pero ¿no dice que no se puede pasar?

GUARDIA: Eso es cierto…

GASPARINA: Yo solo quiero ir hacia allí. Verá, es que voy con mi perro… (lo busca teatralmente) ¡Mi perro! Pero ¿dónde se ha metido?

GUARDIA: ¡Un perro! ¿Sin correa? ¡Señorita, esto empieza a ser ya muy ilegal!

GASPARINA: No, sin correa no. Solo que a veces él coge la correa y se pasea a sí mismo.

GUARDIA: (piensa un poco, no llega a nada) Es igual, ¡por aquí no se puede pasar!

GASPARINA: ¡Ahí va! ¿No es eso una reunión de gente planeando cosas revolucionarias?

GUARDIA: (se gira, cayendo en la trampa) ¿Dónde?

GASPARINA: ¡Allí, allí!

GUARDIA: Como sea una asamblea, se van a enterar. ¡Aquí no queremos jipis ni melenudos!

GASPARINA: ¡Van a leer un manifiesto!

GUARDIA: ¡¡Alto!! ¡Policíaaaaaaa!

El guardia sale corriendo y Gasparina ríe el engaño. Pero cuando empieza a irse, vuelve el burlado con doble de malas pulgas. Se inicia otro juego de persecución y escondite, donde Gasparina acaba burlándole y yéndose por donde le da la gana.

 

 

 

Escena 8

 

Gasparina sigue buscando a Hugo por las calles de la ciudad. Sin éxito, claro. No tarda en sonar un zumbido amenazador. El público reacciona y avisa, pero el enfrentamiento es inminente. Tras algunas amenazas, sustos y desencuentros, al fin Gasparina se encuentra cara a cara con el malvado Profesor Tábano.

GASPARINA: ¡Agh! Podrías ganar un concurso de belleza.

PROFESOR TÁBANO: Bzzzzzz

GASPARINA: ¿Dónde está Hugo?

Como única respuesta, suena la fatídita y comercial canción. Gasparina empieza a sufrir los espasmos, aunque se tapa los oídos para evitarlo. Pero antes de perder las fuerzas, con un grito y un movimiento enérgico consigue detener el embrujo y dejar perplejo y desarmado al Profesor Tábano.

GASPARINA: ¡¡Basta!!

PROFESOR TÁBANO: ¿Bzzzz?

GASPARINA: No te lo esperabas, ¿eh? Pues a ver cómo te las apañas ahora con unas rimas en directo. ¡Música!

Empieza a sonar una base de rap. Gasparina lanzará algún verso y esperará la ayuda del público para ir añadiendo otros, que irán menguando las fuerzas del malvado insecto.

GASPARINA: Yo soy Gasparina, y a mí no me vacilas.

El insecto se retuerce, ni la base ni las palabras rimadas le gustan un pelo.

VOZ DEL PÚBLICO: ¡Y yo soy Andrés!

GASPARINA: Cuando venga Hugo, ¡ya seremos tres!

Cada rima es un duro golpe para el Profesor Tábano. Llegan otras voces del público, que Gasparina hace rimar. Incluso llega alguna rimada. Toda esa avalancha de versos consigue al fin que el insecto caiga vencido al suelo. Consumada la victoria, Gasparina se carga el insecto al hombro y se lo lleva.

GASPARINA: Y ahora me vas a decir dónde tienes a mi amigo Hugo.

 

 

 

Escena final

 

Suena la música danzante. Primero uno y luego otro, pero sin coincidir, aparecen Hugo y Gasparina. Al final sí que se encuentran, y se lanzan uno contra el otro para darse un gran abrazo. Se revuelvan felices por el suelo y después, de un salto se ponen en pie y comienzan sus bailes alocados y coreografiados. Danzan felices y acompañados por las palmas y jaleos del público hasta que cae el

 

TELÓN

 

 

*Las aventuras de Gasparina fue estrenada por la compañía «Le guignol orthopédique» el 15 de mayo de 2015, en el Teatro Tarambana de Carabanchel (Madrid). Con dirección e interpretación de Andrea Waitzman e Iñaki Oscoz. 

 




 

TEXTO PARA TÍTERES 3

 

 

 

 


 

 

Monique Fornique

 

Farsa amorosa marionetil en siete cuadros

 

 

 

 

 

 

 

 

Iñaki Oscoz

 

 

 

 

 

 

 

DRAMATIS PERSONÆ

 

MONIQUE / ÚRSULA

RUBÉN / EL GALO

PROFUNDO / MÉNDEZ

MAESE DUPORCO / STEPHAN

 



 

 

 

  

 

ACTO I

 Escena I

 

En la penumbra y tras un viejo telón enmarcado en oro gastado, esperan sin esperanza una pila de maletas desordenadas, una carreta chirriante y un escobón. También una vieja escalera, telas negras tiradas y escenografía mal colocada: un retablo antes de empezar la función. Una sombra canturrea por encima de una chanson que suena una y otra vez. Aparece STEPHAN, un cerdo joven. El entusiasta intérprete porcino calienta la voz, proyectando sus desvaríos al vacío patio de butacas.

Ha aparecido MÉNDEZ, cuarentón coletudo y avinagrado, de hombros caídos y mirada cansada.

STEPHAN vuelve a quedarse solo. Quiere seguir calentando la voz pero duda. Carraspea. Entonces adopta una desatada pose dramática y recita intensamente.

Ha entrado bambaleante EL GALO, todo huesos y malencarado. Intenta ocultar tras sus gafas de sol una considerable bolinga.

Los actores salen y Méndez se queda solo, revisando.

Sale MÉNDEZ. Suena una musiqueta repetitiva mientras se abre el telón chirriante hasta mostrarnos el retablo en todo su esplendor bizarro.

 

 

 

Escena II

 

En danza trastabillante y panzuda, aparece MAESE DUPORCO, sucio marrano embutido en un smoking revenido. Canturrea el soniquete mientras aletea por el escenario hasta que saluda ceremonial. Carraspea, tose y escupe un sólido gargajo. Se encara al público.

 

MONIQUE lleva rastas y sudadera con capucha. Tiene ojos saltones y mirada aguda sobre su portátil con pegatinas coloridas. Suena un móvil, lo coge.

Guarda el teléfono y vuelve al portátil.

Entra EL GALO caracterizado como RUBÉN, joven atento, encorbatado y con sonrisa incrustada de vendedor. Sonríe al mundo, pero este no le devuelve la sonrisa. Se reciben con un beso apasionado.

Empiezan a cantar y bailar su propia versión de «Sopa de amor».

Salen y reaparece MAESE DUPORCO.

 

 

 

Escena III

 

Mientras hablaba el maese, MONIQUE y RUBÉN han preparado la cama y se han instalado en ella. RUBÉN teclea rápido sobre un portátil con un horrible logo de empresa en la tapa. MONIQUE espera. El maese se acomoda para ver si gila algo y puedes sacudirse un poco el asunto.

Fornican in crescendo hasta que, más pronto que tarde, RUBÉN se corre con un gritito.

RUBÉN empieza a roncar y MONIQUE desliza su mano hacia abajo para terminar la faena. El maese se pone en pie, indignado.

 

 

 

Escena IV

 

MONIQUE por la calle. Entra por el otro lado MÉNDEZ en el papel de PROFUNDO, un joven interesante y modernamente indumentado que arrastra por el suelo una bufanda blanca y va leyendo un libro. Chocan.

 

La profunda frase revolotea entre ellos.

PROFUNDO se arranca con un poema mientras la mira seductor y se va acercando a ella, las bocas abiertas.

Suena música romántica, las manos vuelan, las bocas se buscan, mientras MAESE DUPORCO, horripilado, lanza confeti sobre la escena.

Sale mientras MONIQUE trabaja arrodillada frente a PROFUNDO. La fellatio concluye y PROFUNDO recita un encendido poema mientras practica un atinado cunnilingus a MONIQUE.

MONIQUE grita hasta que se corre y cae exhausta en los brazos del poeta.

ACTO II

Escena I

Mientras gime el telón, aparece EL GALO, cansado y medio dormido. Pronto le despierta un furioso MÉNDEZ. Los demás irán apareciendo.

Entra ÚRSULA, una MONIQUE sin peluca, gastada por los años pero elegante. Bebe ginebra de un vaso ancho.

EL GALO bebe. Después bebe más.

Escena II

La musiqueta da paso a un incómodo y vacío silencio en escena. Se oyen entre bambalinas unas voces que pretenden no ser oídas.

Aparece empujado el porcino maese. Mira al público como un conejo cegado por un foco.

Asciende por un lado MAMÁ, un muñeco enorme subido con poleas chirriantes. La subida empieza recta, pero se oye un ruido, voces, y se queda torcida, llenando casi todo el retablo.

MAMÁ, la efímera aparición abroncante, desciende renqueando y desaparece.

Entra un sonriente RUBÉN.

Largo silencio.

Escena III

 

Se pira el maese. En la cama otra vez, RUBÉN sigue explorando diferentes partes del cuerpo de MONIQUE.

Vuelta a la calma tensa. Ella contrariada pero él no pierde la sonrisa. Y vuelve a la carga.

Silencio.

Aparece MAESE DUPORCO.

Arranca el follamiento frenético. Posturas normales, luego más complejas, luego imposibles. MAESE DUPORCO mira atentamente y empieza a sacudírsela. La pareja sigue dale que te pego, grita que te grita, hasta que al final, se corren. El cerdo también se corre, con un gruñido ronco y manchando el telón.

Escena IV

Entra RUBÉN. Su sempiterna sonrisa se congela aún más.

Se abalanza sobre él, pero MONIQUE se pone en medio e impide la pelea.

MONIQUE consigue a duras penas retener a RUBÉN mientras PROFUNDO sale.

RUBÉN sale y vuelve enseguida, blandiendo un enorme cuchillo.

Sale RUBÉN cuchillo en mano. Ella le sigue. Entra el porcino maese.

Aparece PROFUNDO decapitado, con su propia cabeza en la mano. Balbucea sus últimas palabras en rima asonante y fenece. Entra MONIQUE y llora al muerto. Después, con reflejos de cuchillo vuelve el enloquecido encorbatado.

RUBÉN se clava el cuchillo en la cabeza y muere sin perder la sonrisa. MONIQUE estalla en llantos y huye despavorida. Entra Maese Duporco.

Aquí termina esta historia,

trágica historia de amores

que enfrentó a dos galanes,

dos idiotas, dos señores.

Al final ni uno ni otro

consiguieron los honores

y fueron al cementerio

por un par de ojos saltones.

Ella quedó mejor sola,

¡aburrida de los hombres!

Con el satisfyer cerca

y una gata de consorte. 

Con el satisfyer cerca 

y una gata de consorte.

 

 

 

Escena V

 

Gime el telón final. El público aplaude y los actores recogen los aplausos. Después, van apareciendo entre bambalinas.

Salen ÚRSULA y EL GALO. STEPHAN se queda, pensativo.

 

 

 

Escena última

 

Queda solitario MÉNDEZ, abandonado al silencio final. Mascullando entre dientes, recoge algunos bártulos y deambula de aquí para allá. Pero cuando se topa con los inertes muñecos, aletea su alma. Sonríe. Los coge suavemente y los abraza. Busca un sitio y se acurruca entre el desorden. Abrazado a las cabezas ladeadas de los títeres, que parecen preguntarle en silencio, MÉNDEZ se va relajando, acomodando, cerrando los ojos…